Prof. Magíster Fidel Miranda Silva
Escritor - Historiador
LA POLÍTICA MERCANTILISTA DE PARAGUAY
Los partidos políticos en Paraguay, fueron los que dieron la garantía de que los Poderes del Estado funcionen equilibrados, que no se inclinen hacia un sector con intereses particulares que puedan perjudicar al pueblo.
El nacimiento de dos Partidos políticos centenarios, “Partido Liberal” primeramente, luego el “Partido Colorado”, fueron los que asentaron el cimiento de la democracia paraguaya después de la hecatombe de 1870, consecuencia de la guerra contra la Triple Alianza; si bien es cierto que, ambos en el ejercicio del Poder, hicieron desmanes, desoyendo el mandato imperativo de los estatutos partidarios; fueron momentos de transición, para ir mejorando el sistema político del Paraguay, siempre apuntando a la democracia representativa y equilibrada.
Con el derrocamiento del presidente de la República del Paraguay, Gral. Alfredo Stroessner acaecido en el año 1989, en teoría desapareció la dictadura de la que los neoliberales tantos han vociferados. “Se instaló la democracia” El Partido Colorado ha ocupado el Poder de la república gran parte del tiempo transcurrido, con sus luces y sombras, con una alternancia, que no ha demostrado arrastre político para continuar manejando y mejorando la rienda administrativa de la república.
Con la decadencia de la clase política dirigencial del Partido Colorado, se ha dado “oportunidad a nuevos dirigentes políticos” que de dirigente y político Colorado nada tienen. A partir de ese momento, hubo una sistemática persecución de los propios partidarios, manoseados y arrinconados a los dirigentes quienes hasta ese momento eran los referentes políticos partidarios de los barrios.
Hoy, “los demócratas del Partido Colorado”, lejos de emular el accionar de grandes dirigentes que tuvo en el pasado, copan los tres Poderes del Estado, no es por la idoneidad o por capacidad dirigencial, sino por ser el más mediocre de los que aspiran un espacio en el Poder Político de la República del Paraguay, con etiqueta de valores en sus respectivas solapas, como si fueran productos en ventas de supermercados.
En la conformación del Congreso Nacional del presente periodo parlamentario, aparecieron nuevas figuras políticas, que ofrecían ciertas esperanzas para una buena conducción institucional. Apenas asumieron sus bancas, fueron fagocitados por le Poder Económico, instalado en esa institución como en las dos restantes de los Poderes del Estado.
Entre los “demócratas del Partido Colorado” hay varios Senadores y Diputados, cuestionados por la praxis de la corrupción en distintos niveles: tráficos de influencias, títulos universitarios falsos, solicitud de perdida de investidura, imputados por supuesto lavado de dineros, usurpadores de terrenos del Estado, falsos abogados, etc. y otros atributos perseguibles por “la justicia” donde ellos también manejan el hilo conductor, que, ni siquiera se ruborizan por los delitos cometidos por ellos.
Hoy, se erigen en juez y parte, por obra y gracia del “Poder económico, instalado con su maletín en ambas cámaras de representantes”. Que, ha “obrado milagro”, para destituir sin pena ni gloria, a una parlamentaria que fue electa por más de cien mil votos. Con esta actitud, han enterrado a esa democracia que tanto anhela el pueblo paraguayo. Ha quedado patente y visible la dictadura del Poder Económico en las instituciones públicas del Estado paraguayo.
Todos tienen precio, la cuestión no es como, sino cuánto. La institucionalidad está amordazada por ese poder de facto que actúa con dinero cuyo origen es algo incierto.
Así nos va…
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