sábado, 14 de marzo de 2015

LA POBREZA Y LA EXTREMA POBREZA


Fidel Miranda Silva
M. C. S. Historiador - Escritor 

LA POBREZA Y LA EXTREMA POBREZA

Es un flagelo que, particularmente golpea a los países subdesarrollados, en América Latina, a los más pobres, enclaustrados en el sub continente americano. Entre lo que podemos mencionar el país más antiguo, República del Paraguay. “El eslogan del gobierno, es el combate frontal a la pobreza y extrema pobreza”. En primer lugar es interesante definir los conceptos internacionales de los indicadores de estos males que nos azotan, para poder elaborar la receta de erradicación.

Según la UNESCO. La pobreza no solo se refiere a la falta de recursos para vivir una vida digna, sino también el concepto de capacidades. Además está vinculada estrechamente con la vulnerabilidad, y a la necesidad de proporcionar herramientas a las personas pobres, centrándose en sus bienes, es decir lo que posee como recursos de vida.

La pobreza está asociada a la dignidad, con relación al bienestar de una persona, de lo que puede hacer o dejar de hacer. Consecuentemente está relacionada con la libertad de oportunidades, necesaria para proseguir la búsqueda del bienestar personal en primer lugar y luego familiar.  

Si se enfoca a la pobreza como violación de los derechos humanos, esta se convierte en un imperativo ineludible que así es. De hecho, los derechos humanos proporcionan un marco para la erradicación de la pobreza de varias formas. La pobreza es al mismo tiempo causa y consecuencia de la violación de los derechos humanos. Causa, porque las personas pobres permanecen invisibles y alejadas de los intentos de ayudarles a reclamar sus derechos, las manifestaciones de la pobreza son el hambre, la carencia de hogar y el analfabetismo; y la violación más flagrante de los derechos humanos, es la ausencia de los recursos sanitarios básicos, o el desalojo forzado de su precaria vivienda.

La pobreza refleja la violación de los derechos humanos, ahí en donde las personas pobres se ven privadas de los mencionados derechos, o sencillamente no tienen derechos a ninguno de estos beneficios, inherente a la dignidad de las personas humanas. La violación de los derechos humanos es cuando las personas no pueden disfrutar el derecho a una adecuada alimentación, agua potable, vestido decente, atención básica de salud, una vivienda apropiada, acceso a un empleo digno, con posibilidad de luchar por el progreso. La falta de todos estos, les incapacitan para vivir una vida digna y decente, mucho menos a luchar para salir de esa sumisión paupérrima que fue sometido por la voluntad de Poder, que es el capitalismo salvaje, angurriento, que no se compadece de la necesidad de los pobres.

La Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) año 2012, ha emitido un informe acerca del índice de pobreza en Paraguay, que afecta al 49.6 % de la población en general, y el 28 % que se encuentra en la extrema pobreza, que vive con un promedio de 1 U$ por día. Esta estadística representa la indigencia total, de ese segmento de la población Paraguaya, a pesar que existen informes contradictorios desde el Gobierno. Cuantificando la cifra mencionada, asciende un poco más del millón de personas. Esta situación obedece a un limitado crecimiento económico del gasto público, hacia las necesidades sociales. Con relación al crecimiento demográfico anual, la tendencia es seguir aumentando.

El empobrecimiento que se da en Paraguay, ha sido acompañado por el deterioro de las condiciones del mercado de trabajo, en las que la informalidad y el desempleo abierto, alcanzan los niveles más altos de la historia[1]. Esta presión social que se da en la región, es un reto para las autoridades, de alcanzar unas altas tasas de expansión económica, generando empleos con el propósito de alivianar la pobreza.

Para conquistar este objetivo se debe modernizar la estructura productiva, la maquinaria y el equipamiento de capital, debe estar al servicio del hombre, para producir bienes de capitales y servicios. Esto le dará la posibilidad de mayor competitividad en el mercado local, con proyección internacional. No solo basado en el salario, sino en incrementar una mayor proporción de valor agregado, de complejidad tecnológica a la mano de obra especializada.

En este sentido la prestación de servicios es fundamental. Estos desde hace tiempo ha sido el factor dominante de la economía global, ya que represente la mayor porción del PIB, de cualquier país, que basa su índice de crecimiento en este indicador. Se debe emplear el factor de capital humano, de alto nivel de calificación, que son usuarios de productores de información y conocimientos, para prestar servicios a los que necesitan, internamente y en el exterior. El dinamismo del Servicio Intensivo en el Comercio, viene desplegado de la mano de la tecnología, de las informaciones y de las comunicaciones.

El avance de la teoría económica en forma paralela, trae consigo la contribución de la innovación y de la investigación al desarrollo, en la estructura económica mundial.  El vertiginoso avance de la ciencia y la tecnología, constituye factor fundamental, en el desarrollo económico del mundo moderno. Es suficiente dar una mirada en los países desarrollados de alta complejidad, en donde han florecidos en diversas áreas, como las de informática, los microchips, los productos electrónicos, la robótica y biotecnología con sus aplicaciones en las comunicaciones etc. El Paraguay, para enfrentar un desafío de la envergadura que planteamos, por medio de la modernización tecnológica, y el énfasis a la investigación científica, tendrá que reforzar cualitativamente su nivel de enseñanza, comenzando desde el nivel inicial, medio y universitaria, sin desatender lo más importante, la pos graduación con énfasis en la investigación científica. Preparación y capacidad para innovar. Sin estas exigencias, la expansión sostenida a largo plazo, simplemente fracasará.

En los umbrales del siglo XXI, en los países desarrollados se han demostrado fehacientemente, que las promociones que dan las Universidades a las investigaciones científicas, son las que dan la mayor posibilidad de crecimiento económico, por medio de mayor productividad y competitividad, formando manos de obras técnicas calificadas y especializadas, y el avance de la tecnología en la producción de servicios, y bienes de capitales.

Esta innovación ayudará a identificar los principales obstáculos, que limitan la expansión económica de largo plazo y a ese respecto, los mecanismos por los que las universidades pueden contribuir es necesario promoverlos, adaptando el avance tecnológico y a la modernidad.  

Los programas de apoyo a la formación de posgrados, son herramientas que posibilitan en la educación superior y a la política de Estado, en la expansión de la investigación científica de la ciencia y la tecnología. Estos programas se constituyen en el avance hacia una mayor competitividad, en la relación de producción – mercado – individuo, de los países en etapa de desarrollo, en particular Paraguay. 

El apoyo a la formación de posgrado en América Latina y el Caribe, ha experimentado un crecimiento muy significativo en la última década en varios países de la región. Si bien es cierto que en cada país vecino, puede haber razones diferentes y específicas, en el aumento de becas estudios y de otras medidas necesarias para el desarrollo y el progreso. La coincidencia en las orientaciones que se observan en los países de la región, lleva a pensar en algunos factores comunes en el proceso. Paraguay no puede quedar fuera de este itinerario de crecimiento del conocimiento, que posibilitará el crecimiento del PIB, y en consecuencia la disminución de la extrema pobreza del país.



[1] Secretaría Técnica de Planificación. Presidencia de la República. Informe sobre Desarrollo Humano 2005 –p 4.

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