Fidel Miranda Silva
M. C. S. Historiador - Escritor
LA
POBREZA Y LA EXTREMA POBREZA
Es un flagelo que, particularmente golpea a los países subdesarrollados,
en América Latina, a los más pobres, enclaustrados en el sub continente
americano. Entre lo que podemos mencionar el país más antiguo, República del Paraguay.
“El eslogan del gobierno, es el combate frontal a la pobreza y extrema pobreza”.
En primer lugar es interesante definir los conceptos internacionales de los
indicadores de estos males que nos azotan, para poder elaborar la receta de
erradicación.
Según la UNESCO. La pobreza no solo se refiere a la falta de recursos
para vivir una vida digna, sino también el concepto de capacidades. Además está
vinculada estrechamente con la vulnerabilidad, y a la necesidad de proporcionar
herramientas a las personas pobres, centrándose en sus bienes, es decir lo que
posee como recursos de vida.
La pobreza está asociada a la dignidad, con relación al bienestar de
una persona, de lo que puede hacer o dejar de hacer. Consecuentemente está
relacionada con la libertad de oportunidades, necesaria para proseguir la
búsqueda del bienestar personal en primer lugar y luego familiar.
Si se enfoca a la pobreza como violación de los derechos humanos, esta
se convierte en un imperativo ineludible que así es. De hecho, los derechos
humanos proporcionan un marco para la erradicación de la pobreza de varias
formas. La pobreza es al mismo tiempo causa y consecuencia de la violación de
los derechos humanos. Causa, porque las personas pobres permanecen invisibles y
alejadas de los intentos de ayudarles a reclamar sus derechos, las
manifestaciones de la pobreza son el hambre, la carencia de hogar y el
analfabetismo; y la violación más flagrante de los derechos humanos, es la
ausencia de los recursos sanitarios básicos, o el desalojo forzado de su
precaria vivienda.
La pobreza refleja la violación de los derechos humanos, ahí en donde
las personas pobres se ven privadas de los mencionados derechos, o
sencillamente no tienen derechos a ninguno de estos beneficios, inherente a la
dignidad de las personas humanas. La violación de los derechos humanos es
cuando las personas no pueden disfrutar el derecho a una adecuada alimentación,
agua potable, vestido decente, atención básica de salud, una vivienda apropiada,
acceso a un empleo digno, con posibilidad de luchar por el progreso. La falta de
todos estos, les incapacitan para vivir una vida digna y decente, mucho menos a
luchar para salir de esa sumisión paupérrima que fue sometido por la voluntad
de Poder, que es el capitalismo salvaje, angurriento, que no se compadece de la
necesidad de los pobres.
La Comisión Económica Para América Latina y
el Caribe (CEPAL) año 2012, ha emitido un informe acerca del índice de pobreza
en Paraguay, que afecta al 49.6 % de la población en general, y el 28 % que se
encuentra en la extrema pobreza, que vive con un promedio de 1 U$ por día. Esta
estadística representa la indigencia total, de ese segmento de la población
Paraguaya, a pesar que existen informes contradictorios desde el Gobierno.
Cuantificando la cifra mencionada, asciende un poco más del millón de personas.
Esta situación obedece a un limitado crecimiento económico del gasto público,
hacia las necesidades sociales. Con relación al crecimiento demográfico anual,
la tendencia es seguir aumentando.
El empobrecimiento que se da en Paraguay, ha sido acompañado por el
deterioro de las condiciones del mercado de trabajo, en las que la informalidad
y el desempleo abierto, alcanzan los niveles más altos de la historia[1].
Esta presión social que se da en la región, es un reto para las autoridades, de
alcanzar unas altas tasas de expansión económica, generando empleos con el propósito
de alivianar la pobreza.
Para conquistar este objetivo se debe modernizar la estructura
productiva, la maquinaria y el equipamiento de capital, debe estar al servicio
del hombre, para producir bienes de capitales y servicios. Esto le dará la
posibilidad de mayor competitividad en el mercado local, con proyección
internacional. No solo basado en el salario, sino en incrementar una mayor
proporción de valor agregado, de complejidad tecnológica a la mano de obra
especializada.
En este sentido la prestación de servicios es fundamental. Estos desde
hace tiempo ha sido el factor dominante de la economía global, ya que
represente la mayor porción del PIB, de cualquier país, que basa su índice de
crecimiento en este indicador. Se debe emplear el factor de capital humano, de
alto nivel de calificación, que son usuarios de productores de información y
conocimientos, para prestar servicios a los que necesitan, internamente y en el
exterior. El dinamismo del Servicio Intensivo en el Comercio, viene desplegado
de la mano de la tecnología, de las informaciones y de las comunicaciones.
El avance de la teoría económica en forma paralela, trae consigo la
contribución de la innovación y de la investigación al desarrollo, en la
estructura económica mundial. El vertiginoso
avance de la ciencia y la tecnología, constituye factor fundamental, en el
desarrollo económico del mundo moderno. Es suficiente dar una mirada en los
países desarrollados de alta complejidad, en donde han florecidos en diversas áreas,
como las de informática, los microchips, los productos electrónicos, la
robótica y biotecnología con sus aplicaciones en las comunicaciones etc. El Paraguay,
para enfrentar un desafío de la envergadura que planteamos, por medio de la
modernización tecnológica, y el énfasis a la investigación científica, tendrá
que reforzar cualitativamente su nivel de enseñanza, comenzando desde el nivel
inicial, medio y universitaria, sin desatender lo más importante, la pos
graduación con énfasis en la investigación científica. Preparación y capacidad
para innovar. Sin estas exigencias, la expansión sostenida a largo plazo,
simplemente fracasará.
En los umbrales del siglo XXI, en los países desarrollados se han
demostrado fehacientemente, que las promociones que dan las Universidades a las
investigaciones científicas, son las que dan la mayor posibilidad de
crecimiento económico, por medio de mayor productividad y competitividad,
formando manos de obras técnicas calificadas y especializadas, y el avance de
la tecnología en la producción de servicios, y bienes de capitales.
Esta innovación ayudará a identificar los principales obstáculos, que
limitan la expansión económica de largo plazo y a ese respecto, los mecanismos
por los que las universidades pueden contribuir es necesario promoverlos, adaptando
el avance tecnológico y a la modernidad.
Los programas de apoyo a la formación de
posgrados, son herramientas que posibilitan en la educación superior y a la
política de Estado, en la expansión de la investigación científica de la
ciencia y la tecnología. Estos programas se constituyen en el avance hacia una
mayor competitividad, en la relación de producción – mercado – individuo, de
los países en etapa de desarrollo, en particular Paraguay.
El apoyo a la formación de posgrado en
América Latina y el Caribe, ha experimentado un crecimiento muy significativo
en la última década en varios países de la región. Si bien es cierto que en cada
país vecino, puede haber razones diferentes y específicas, en el aumento de
becas estudios y de otras medidas necesarias para el desarrollo y el progreso.
La coincidencia en las orientaciones que se observan en los países de la región,
lleva a pensar en algunos factores comunes en el proceso. Paraguay no puede
quedar fuera de este itinerario de crecimiento del conocimiento, que
posibilitará el crecimiento del PIB, y en consecuencia la disminución de la
extrema pobreza del país.
[1] Secretaría Técnica de Planificación. Presidencia de la
República. Informe sobre Desarrollo Humano 2005 –p 4.
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