Prof. Lic. Fidel Miranda Silva
Mcs. Historiador - Escritor
DIGNIDAD HUMANA
En
esencia el ser humano es igual a cualquiera de sus congéneres, así concluye los
grandes estudios antropológicos realizados durante varios siglos. Viven en
comunidad y se desarrollan como civilización en un contexto geográfico, generando
una cultura propia y común para todos, que lo identifican entre sí,
perteneciente a una misma nación.
La
Sociología realiza estudios de la interacción entre esas mismas personas, que
forman una sociedad común, y cómo, estas reaccionan ante hechos sociales, que
interfieren su hábitat natural; modificándola en un contexto diferente a lo que
están acostumbrados a vivir.
La
Psicología se encarga del estudio del comportamiento de estos mismos
individuos, con relación a las manifestaciones conductuales que se reflejan en
la sociedad; producto de la presión social. En algunos casos son bastantes
agresivos, inclusive se desvían de las pautas establecidas por la comunidad,
normadas por reglas de comportamientos sociales, cuyos desacatos son penados
por ley, sometiéndola a castigos, con privación de libertad, y que
supuestamente le servirá para reinsertarle en la sociedad. (Utopía)
Todas
las ciencias mencionadas son manejadas y pautadas por el hombre, la validez de
las investigaciones científicas, serán concluidas por él mismo; es el principal
protagonista de la conformación de las instituciones sociales; al mismo tiempo
construyen un imaginario colectivo, caracterizando y diferenciando unos de
otros, en clases sociales. Por supuesto que está marcada por el estatus que
ocupa en esa sociedad, en donde todos vivimos. Los estatus se reflejan casi
siempre por los roles que desempeñan los individuos.
Estos
mismos, de acuerdo a los roles que ocupan en la comunidad, son los responsables
de cuidar, orientar y hacer aplicar las reglas de convivencias pacíficas y
armónicas; basadas en los valores éticos, morales y en la dignidad humana.
Entre ellos se encuentran las autoridades que son: los jueces, fiscales
gobernadores, intendentes, concejales etc. y no faltan los políticos, quienes aprovechan
las campañas electorales, para sacar provecho; hablando de armonía, humanismo y
convivencias pacífica, todo en nombre de Dios. Pareciera que están revestidos
de las luces de los santos y de los profetas con aureolas, que por la
elocuencia de sus palabras, hasta son convincentes y engañan a muchos.
Si
hablamos de la dignidad humana, nos estamos refiriendo a todos los seres
humanos que habitan nuestra sociedad, entre los que podemos citar a los niños
de la calle, a las rameras, a los mendigos y a las madres que alquilan a sus
chicos para mendigar; a estas les sumamos los hermanos nativos, quienes fueron
despojados de su hábitat natural; sin otro recurso, viniendo a ocupar espacios
físicos, adaptándose “a la vida civilizada” de la ciudad en donde todos
vivimos. ¡Por si no estamos consciente que es nuestra ciudad! Hay un eslogan
que pasa reiteradas veces por las radios emisoras locales, que nos hace
recordar, “Ciudad del Este ya cambió, este es mi lugar, aquí trabajo” etc.
Esto lo recuerdan las autoridades municipales, por si los habitantes sufren de
amnesia mental.
Estos
hermanos citados más arriba, también viven en esta ciudad, pero parece que
aquellas personas que pregonan que Ciudad del Este ya cambió, no tienen
conocimiento de sus existencias. Además, viven en condiciones infrahumanas.
¿Será que ellos no son dignos de vivir como la gente, igual o por lo menos como
nosotros? Los chicos cuando se acercan a pedir una moneda, ni siquiera saben
para qué; lo peor, cuando alguien le da una limosna creyendo que está obrando
de acuerdo a su convicción de fe, le está motivando a que permanezcan en la
situación que se encuentran. Cuando llega la noche, ellos siguen campante con
sus pequeñas dosis de alucinógenos, hasta que el sueño les vence y quedan
dormidos en cualquier vereda de la ciudad. Al día siguiente, la gente en
general se movilizan de un lugar a otro, como si fuera no tener tiempo para
nada, encontrándose con decenas de esos hermanos menores, inclusive algunos un
poco mayor, durmiendo en cualquier parte del piso, sin importarles las lluvias
o el sol. En estado andrajoso y en situación calamitosa que no tiene nada de
dignidad humana.
Creo
que no es ningún descubrimiento, no es nada nuevo, igual que la hipocresía de
las autoridades, que cuando hablan en nombre de Dios, están obrando con el
tridente del diablo, si es que existen estos dos personajes, creado por la
imaginación humana. Pero cualquiera sea la forma de actuar, estará reflejando
su convicción de fe, respondiendo a cualquiera de estos dos personajes
mitológicos. ¿Somos humanos? Pues si es así, que las autoridades las demuestren
con un programa de crecimiento sostenido, que pueda erradicar definitivamente
la miseria humana y reivindicarles como un miembro más de nuestra sociedad.
Prof. Lic. Fidel Miranda Silva
Mcs. Historiador – Escritor
fmirandasilva@gmail.com
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