La historia
escrita del subcontinente americano, inicia con la llegada de los europeos a
esta parte del territorio. NO fueron quienes descubrieron el continente
americano, sino invasores, que no respetaron a los pueblos originarios, auténticos
dueños de la tierra, avasallaron su morada y todo principio de derecho, en
particular de Paraguay, cuyo nombre ya ha sido utilizado por los pueblos
aborígenes, varios años antes de la llegada de ellos. Paragua’y (Paraguay)
nombre autóctono. Descubrieron el continente americano para incorporar al
comercio mercantilista europeo, llevando los saqueos y robos, en perjuicio de
los pueblos amerindios.
En el ámbito de la cultura
paraguaya, es importante recordar este año, 1524, por medio de los escritos
posteriores a la travesía de Alejo García, en particular los jesuitas, se ha conocido
la verdadera historia del Paraguay, no la distorsionada contada por la
“academia eurocentrista”, sino por los pueblos ancestrales que posteriormente fueron
socializados por los religiosos de la Compañía de Jesús.
Los primeros escritos de los pueblos
originarios prehispánicos, se tiene conocimiento por medio del cronista alemán
Ulrico Schmidel, quien ha sido uno de los marineros de la expedición oficial del
Primer Adelantado al Río de la Plata don Pedro de Mendoza y de sus capitanes, a
partir del año 1535. El segundo cronista, fue el paraguayo, Rui Díaz de Guzmán,
quien escribió el derrotero del Río de la Pla, conocido también como la
Argentina, en 1612, pero recién conoció la luz de la imprenta en 1836.
Después de esos escritos, en los años 1550 en adelante, cuando llegaron
los primeros religiosos jesuitas al Brasil, las “Cartas Anuas”. Son las
crónicas más fidedignas que guardan en sus páginas los hechos históricos de la
Provincia Gigante de la India, posteriormente conocido como Paraguay. Gran
parte del Brasil y las Provincias de Misiones Argentinas. En los escritos de
los evangelizadores se anota acerca de Alejo García, quien ha cruzado el Río
Paraná a orillas del Río Monday hacia el Sur, tomando rumbo al Norte, llegando
inclusive a las tierras del cacique Guairá, donde estaba situada antiguamente los
siete saltos con el mismo nombre, Utilizó los caminos prehispánicos, conocido
como el “Tape Avirú”. De esto va a dar testimonio el historiador Ramón
Indalecio Cardozo en su libro “El Guairá”, Buenos Aires 1938, también va a
confirmar su hijo historiador Efraín Cardozo en su libro “Los Derechos del
Paraguay sobre los Saltos del Guairá”. Editorial el Lector.
Manifiesta Cardozo que, García llegó
hasta las tierras del Guairá, tomó conocimiento de esa existencia de poblados,
luego tomo rumbo hacia el Norte internándose en las tierras de los Incas. Posterior
Alejo García, el camino utilizado por el segundo Adelantado Alvar Núñez Cabeza
de Vaca en el año 1541, con sus séquitos, conocido posteriormente con el nombre
de “Tapé Avirú”. Fue el primer europeo de la Armada Oficial de la Corona, que
venía a Paraguay, quien ha salido del itinerario oficial para entrar al
Paraguay, que era el Río de la Plata. Vino con la caravana de los primeros
caballos que registra la historia, ambas travesías están consignadas en el
fragmento del mapa más arriba.
La conexión
entre los pueblos nativos llegaba hasta el Imperio Inca, donde el lusitano
Alejo García ha llegado. Además, el camino principal, “Tape Avirú” fue
usado por los europeos en general, quienes han llegado después de estos
“adelantados”. Por varios años, siendo el sendero obligatorio por donde
entraban y salían a la “Gran Provincia Gigante de las Indias”, transportando
oro y plata desde el altiplano incaico hacia Europa.
Cabe destacar
que, esos caminos eran milenarios precolombinos, por donde los pueblos
originarios se conectaban entre las aldeas existente, en el mismo mapa, se
puede apreciar que ya había cientos de pueblos aborígenes, donde llegaron los
jesuitas a esos poblados para “evangelizar”, en las Cartas Anuas consignaban la
cantidad de “Indios” donde solamente anotaban a los varones para las
estadísticas, sin embargo, notaban también la cantidad de niños y mujeres. En
esos lugares, supuestamente fundaron pueblos, es decir que les pusieron nombres
europeos o de Santos o el nombre de los caciques de la región, esto obedecía a
nombres de los caciques o del lugar.
Por dar
solamente un dato, en la Carta Anua del jesuita Justo Mancilla, quien informa a
sus superiores: Simón Masseta, Francisco Vázquez y otros que, en la zona del
Guaira, entre todos los poblados, existía más de 200.000 Almas.
A 500 años de
aquel suceso histórico, es necesario reivindicar a los pueblos originarios,
quienes fueron los que dieron inicio a la historia más fidedigna del Paraguay y
por qué no decir de toda América.
La importancia
de esos caminos, fueron para el desarrollo de los pueblos que, gracias a
aquellos prohombres del Paraguay, quienes supieron aprovechar la riqueza en
todo sentido, enclavaron la paraguayidad en la población guaraní: primeramente,
el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, luego don Carlos Antonio López, entre
otros.
¡El Paraguay
comienza por Alto Paraná!
Los gobernantes
actuales, están tan distantes de emular a aquellos padres de la patria, quienes
construyeron la estructura política, social y económica de la nación paraguaya.
Profesor Magíster Fidel Miranda Silva
Historiador – Escritor
Presidente de
la Academia de Historia de Alto Paraná