lunes, 29 de abril de 2019

Corrupción versus periodistas.


Prof. MSc. Fidel Miranda Silva
Historiador - Escritor 


PERIODISTAS VERSUS CORRUPCIÓN

Existen personas que fungen de periodistas, que deben obedecer “una línea de trabajo conforme lo manda el patrón”. La profesión de referencia en otras épocas era tan diferente de lo que es en la actualidad. Hubo grandes periodistas, cuyas opiniones eran sagradas, versaba sobre la verdad de la realidad social, política o económica, sin ningún valor agregado de lo que es.

De esa forma mantenía informado a los lectores de periódicos, radio escuchas y hasta en medios televisivos, hasta finales del siglo XX. A pesar que aún quedan algunas rémoras de esas nostalgias de formadores de opiniones. Tal vez queriendo nombrar a todos aquellos, pecaré por omisión de otros grandes de la pluma y de la radiofonía nacional, sin poder contener esa idea, referiré en la persona de un gran periodista del inicio del siglo XX, el Dr. Cecilio Báez y un contemporáneo, don Serafín Francia Campos.

Tal vez algunos que fungen de periodistas, ni siquiera se recuerdan a estos grandes profesores del periodismo paraguayo, cuyas palabras eran las rúbricas de las verdades y de la ecuanimidad.

En la actualidad, existen mercenarios del periodismo. Tal vez existan algunos independientes, pero no como aquel o aquellos que escamotearon algún medio de comunicación y que se presentan como tales. La corrupción del periodismo permea por doquier. Atacan a los corruptos, pero se alimentan de la sangre de ellos, “la estabilidad económica” les deben a esos actos de corruptelas, que, si no acceden a las extorsiones, “se rasgan las vestiduras”.

El pueblo vive pendiente a lo que dicen los periódicos como si fuera que es la única fuente de la verdad, lo que este no sabe, que los medios de informaciones de la actualidad, van a publicar “sus verdades” para manipular la opinión pública y direccionar a los incautos, para alimentar sus intereses. Esto sucede cuando les inducen “levantarse contra las malas acciones del gobierno”, manipula e instrumenta la razón, en pos y beneficio del capital que ostentan (acumulación del capital), para seguir subyugando la conciencia colectiva, y finalmente los culpables son los gobernantes.

No pretendo ocultar las falencias que existen en las instituciones públicas de los tres poderes del Estado, pero si queremos construir un país mejor, además de criticarles, debemos proponer ideas y acciones concretas, para que los males endémicos del Estado sean extirpados definitivamente. Es hora que el sector académico se manifieste ante la falencia de los medios de comunicaciones, que solamente buscan succionar el néctar de la corrupción, queriendo endilgar como único patrimonio de este mal al sector político, sin guardar debajo de la alfombra las basuras cometidas por ellos a diarios.        

viernes, 12 de abril de 2019


LA PARANOIA DE UN PARAGUAYO

La razón es y debe ser la tesis que plantea el ordenamiento jurídico y político del Estado Paraguayo, entre los habitantes que componen el estrato político y social; es el respeto al orden constituido, es la norma esencial que surge de la ley natural que rige el funcionamiento de toda organización que emana de la voluntad popular. En ese contexto resalta como regla fundamental el estado de derecho. El derecho igualitario que posee todo ciudadano, sin distinción algunas, art. 47 de la C. N.

Si bien es cierto que la corrupción en el ámbito político permea por doquier, al igual que en las instituciones públicas, no le faculta a ningún individuo a sobreponer su “superioridad” con el afán de imponer “justicia o castigar” a los corruptos (existen los estrados pertinentes para el efecto). En un estado republicano, los poderes están divididos y poseen autonomías en sus funciones; ningún miembro como tal, se puede atribuir superpoderes exaltados para dilucidar o deslindar responsabilidades particulares, excepto con decencia y respeto, inherente a la naturaleza humana, y denunciando ante órganos competentes.

Las personas que sufren de paranoia racional, cuya actuación hace alusión al primero, ostentan el espíritu de superioridad ante cualquier mortal que se cruce en su camino. Todas las personas son inferiores a él, por consiguiente, todas son corruptas, ladrones y cuantos adjetivos calificativos despectivos, les atribuyen a los mortales de dos patas, que participan en actividades políticas y sociales al igual que él. No existe ni una sola persona digno de respeto para “la raza superior”. Así como manifiesta la Biblia, “por cuanto todos han pecado están destituido de la gloria de Dios”. Rom. 3:23.

Cuando se expresa “todos”, él se excluye, el complejo de superioridad aflora como “raza superior”. Como dice un adagio popular “Es fácil ser honesto después de tener dinero”.

Apenas por nombre tiene “Paraguayo”, pero su nacionalidad es norteamericana, no tiene sentido de pertenencia de un verdadero patriota, es una persona que denota aversión hacia los paraguayos, es parecido a aquellos legionarios que vivían en la opulencia, que vinieron desde Buenos Aires a pelear en contra los connacionales.

Es fácil ser “Paraguayo”, después de haber crecido en cuna de oro, recibió la mejor educación en los mejores colegios nacionales y extranjeros, a expensa de su honorable padre que realmente estuvo al servicio de la patria, gozando de los privilegios que muchos compatriotas hoy gustarían de tener para sus proles.

La buena costumbre de un pueblo se nota en su comportamiento, el respeto mutuo entre sus habitantes. Es una verdadera lástima, que un comportamiento social desviado, opaca la posibilidad real de poner al servicio del país un conocimiento tan valioso que se posee.

No es denigrando a las personas que se construye una sociedad mejor, sino fortaleciendo a las instituciones públicas para que funcionen como debiera, y no destruyendo. No se puede instrumentar a la razón ni a la locura, para ir cometiendo desordenes, agrediendo a diestra y siniestra a las personas, so pretexto exaltando el complejo de superioridad. Las agresiones, físicas o verbales, conllevan a la criminalidad y a la marginalidad, es decir que la racionalidad se convierte en paranoia social instrumentando a la razón.

Salutaciones a todos los autenticos correligionarios del Partido Colorado, en su 137º aniversario

Prof. Magíster Fidel Miranda Silva Historiador - Escritor  Gral. de División Bernardino Caballero Fundador del Partido Colorado El Partido C...