Prof. MSc. Fidel Miranda Silva
Escritor - Historiador
El Dios de la naturaleza – Pensamiento de Baruch Spinoza.
Dios hubiera dicho:
Deja ya de rezar y dándote golpes a los pechos. Lo que quiero que hagas
es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida, quiero que goces, que cantes,
que te diviertas, que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.
Deja ya de ir a esos templos lúgubres, oscuros y fríos, que tú mismo
construiste y que dices que es mi casa. ¡Mi casa! Está en las montañas, en los
bosques, en los ríos, en los lagos, en las playas. ¡Ahí es donde vivo y expreso
mi amor por ti! Deja ya de culparme de tu vida miserable, yo nunca te dije que
había nada mal en ti, que eres un pecador o que tu sexualidad era algo malo.
El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor,
tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho
creer. ¡Deja ya de leer supuestas escrituras sagradas que nada tiene que ver
conmigo! Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en las miradas de
tus amigos, en los ojos de tu hijito, ¡No me encontrarás en ningún libro!
¡Confíe en mí y deja de pedirme!
¿Me vas a decir a mí cómo hacer mi trabajo? ¡Deja de tenerme tanto miedo,
yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo! Yo soy
puro amor. ¡Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar! ¡Si yo te hice, te
llené de pasión, de placeres, de imitaciones, de sentimientos, de necesidades,
de incoherencia, de libre albedrío! ¿Cómo puedo culparte si responde a algo que
yo puse en ti?
¿Cómo puedo castigarte, por ser como eres, si yo soy el que te hice?
¿Crees que yo hice un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal por
el resto de la eternidad? ¿Qué clase de Dios puede hacer eso? ¡Olvídate de
cualquier tipo de mandamiento, de cualquier tipo de leyes! Esa son artimañas
para controlarte, para manipularte, que solo crean culpas en ti.
Respeta a tus semejantes, no hagas a otros lo que no quieras que se te
haga a ti. ¡Lo único que te pido, es que pongas atención en tu vida, que tu
estado de alerta sea tu guía! ¡Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un
escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el
paraíso!
Esta vida es lo único que hay, aquí y ahora, y lo único que necesitas.
¡Te he hecho absolutamente libre! No hay premio ni castigo, no hay pecados ni
virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro. ¡Eres completamente
libre para crear en tu vida un cielo o un infierno!
No te podrías decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar
un consejo, ¡Vive como si no lo hubiera, como si esta fuera tu única
oportunidad de disfrutar, de amar, de existir! Así, si no hay nada, habrás
disfrutado de la oportunidad que te di. ¡Y si lo hay, ten por seguro que no te
voy a preguntar si te portaste bien o mal!
Te preguntaré ¿Te gustó, te divertiste, qué fue lo que más disfrutaste,
qué aprendiste? ¡Deja de creer en mí! Creer, es suponer, adivinar, imaginar.
¡Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti, quiero me sientas
en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hija, cuando acaricias a tu
perro, cuando te bañas en el mar!
¡Deja de alabarme! ¿Qué clase de Dios ególatras crees que yo soy? ¡Me
aburre que me alaban, me harta que me agradezcan! ¿Te sientes agradecido?
¡Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones del mundo! Te
sientes admirado, sobrecogido. ¡Expresa tus alegrías, esa es la forma de
alabarme, deja de complicarte las cosas y repetir como un loro, lo que te han
enseñado acerca de mí!
¡Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está
lleno de maravillas! ¿Para qué necesitas más milagros, para que tantas
explicaciones? ¡No me busques afuera, no me encontrarás, búscame adentro de ti,
ahí estoy latiendo en ti!