ELECCIONES VERSUS VOTACIÓN Y EL PUEBLO –
PARTE 1
Existe un deseo de la clase
proletariado en general, que sus autoridades puedan ser meritorios
representantes de él. El objetivo es tener una vida digna, un mejor pasar
durante su estadía de paso por este planeta, en especial Paraguay y en particular Ciudad del Este. Acceso a la salud, educación y sobre todo un
trabajo que le sirva para concretar esos deseos. Este último, elemental en la
vida del hombre.
De la misma forma piensan los
de la clase media, que dicho sea de paso está en etapa de extinción, “por obra
y magia de nuestras autoridades”. Entre uno y otro sector, las necesidades comunes
son acuciantes, el primero lo manifiesta más abiertamente y el segundo en forma
subrepticia. Dando a entender que todo está bien. Lo más probable que sus
recursos financieros son de mayor proporción, con mayor facilidad acceden a
créditos financieros y de esa forma van paliando la situación, hipotecando el
fruto de su trabajo durante varios años. Mientras que el otro es limitado y por lo general
tiene vedado acceder a esos créditos financieros del primero.
Algunas de estas personas del
segundo segmento social, tuvieron la posibilidad de acceder a cargos electivos
u administrativos por medio del Poder Político, y vertiginosamente han elevado
sus condiciones socio-económicas, gozando de una movilidad social ascendente
que le sitúa en primera clase. La del “RICO”. Por lo general, estas son las
personas que “administran” las instituciones públicas, erigiéndose “en líderes
políticos”. Que frecuentemente se presentan otra vez a buscar las reelecciones
para otro periodo más.
Lastimosamente el SISTEMA
POLÍTICO ES PERVERSO. Es permisivo, para que cualesquiera, que en el proceso eleccionario obstruyan la transparencia del acto en sí, no sea castigada y procesada, conforme dicta el
mandato de la ley en cuestión. Los jueces que se encargan de juzgar la
legalidad del acto, no lo hacen conforme a Derecho, sino
conforme a las voluntades de los políticos que manejan ese “SISTEMA”.
El agravante del tema. Las
personas que se sintieron agraviadas por el manoseo indiscriminado de las
autoridades judiciales, se manifiestan exigiendo mínimo respeto y transparencia
en el manejo del escrutinio electoral. Estas personas están investidas de
autoridades por los votos “de los que fueron perjudicados”, en contrapartida
utilizan la fuerza, amparado en la ley, para reprender y castigar a los que
exigen transparencias. Bajo la atenta mirada de los que verdaderamente
infringen la ley. En este aspecto, el ciudadano se siente degradado a la
categoría de “pueblo” perdiendo todo derecho que le asiste las garantías
constitucionales.
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