Prof. MSc. Fidel Miranda Silva
Historiador - Escritor
DEGRADACIÓN SOCIAL E INSTITUCIONAL
El hombre es un ser racional y social, es decir, conforma
una comunidad organizada en instituciones que controlan y regulan la actividad pública
y social de los habitantes de una comunidad. Estas instituciones son
estructuras sociales conformadas por personas, cuyas permanencias en los
estratos de referencia, obedece a la transferencia de Poder o Autoridad por el
soberano, para que estas personas a su vez realicen las gestiones pertinentes,
para un buen rendimiento institucional, con eficiencia y transparencia.
Las autoridades son personas comunes, que tienen sus
necesidades básicas que deben cubrir con los emolumentos, consecuencia de la
dedicación a la administración de la cosa pública. Llámese Intendente, Concejales,
Ministros, Diputados, Senadores, Gobernadores, Presidente de la república, etc.
Estas personas no son ni deberían ser diferentes del común, más bien personas
con mayores responsabilidades ante la sociedad y el país, cuyas actitudes
deberían ser ejemplos para las generaciones venideras.
El Poder Político debe ser un Poder obedencial. El Poder
supremo debe estar a la sujeción del soberano que es el pueblo, debe cumplir
las exigencias naturales que proviene de una colectividad. Salud, Educación,
Trabajo, Seguridad, Transparencia, Respeto, etc. etc.
Sin embargo cuando el Poder es usurpado por los llegan a ese
estrado, la estructura social se degrada y se deteriora, pierde el equilibrio.
Los principios elementales del Estado de Derecho se convierten en “UTOPÍA”. La
degradación de las instituciones se manifiesta en las actitudes de las personas
que las representan.
En particular lo sucedido con un grupo de autoridades
municipales (Concejales) quienes fueron a reclamar sus derechos de cobro por
sus haberes acumulados, dinero presupuestado que en forma automática debería
ser acreditado a cada cual, esto lo hacen con medidas de fuerzas que es la
manifestación.
Por el otro lado, “la autoridad electa” quien debería
evacuar estos reclamos, actúa utilizando el estrado del Poder, como un
patrimonio familiar, sometiendo a otros estamentos de autoridades a su capricho
personal, quienes están sujetos a obedecer las órdenes adversas al “Estado de
Derecho”, so pretexto de perder sus trabajos quienes honran con sus uniformes.
La corrupción ha permeado a las instituciones públicas en
todos los estratos. Algunos representantes inclusive se ufanan que le van a
despedir a los que ejercen la representatividad de las instituciones públicas,
(funcionarios) que no participan con ellos “sus ideales”.
El principal dentro de esta cadena de autoridad, usurpa un
espacio que no le compete, declarando Gobernador a un Concejal que no fue
electo para el efecto.
“Pero que el
siglo veinte
es un despliegue
de maldad insolente
ya no hay quien lo niegue
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseados
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor
Ignorante sabio o chorro
generoso o estafador
Todo es igual
nada es mejor
lo mismo un burro